Siempre he sido, y cada vez más, un firme defensor de "la nube" como el lugar idóneo para guardar y acceder a mis contenidos. El correo electrónico con Gmail, el disco duro con Dropbox, la música con Spotify, los enlaces interesantes con Delicious, los amigos en Facebook :-), los vídeos en YouTube y las fotos en Flickr.
En este post voy a dedicarle un ratito a Flickr, en concreto al Flickr Uploadr. Dejaré para otra ocasión la Web de Flickr cuyo rediseño sería uno de los proyectos en los que me apasionaría trabajar por la envergadura y repercusión del mismo.
Para los que no lo conozcáis, os dejo un par de definiciones:
- El propio Flickr se define como: "casi con toda seguridad la mejor aplicación online de gestión y compartición de fotos en el mundo.
- Wikipedia lo define como: “un sitio web que permite almacenar, ordenar, buscar, vender y compartir fotografías y videos en línea”
Para mí Flickr, además de lo definido, es el sitio donde tengo el BackUp de todas las fotos de mi vida: más de 100 Gb, por menos de 30 € al año. Comparándolo con el coste de un disco duro, que cuando menos te lo esperas se rompe, es ridículo. Lástima que no permita la descarga por álbumes enteros puesto que en el caso de querer recuperarlas debería ir descargándolas una a una. De ahí mi dudas para dar el salto a Picassa, aunque eso merece un post aparte.
Flickr pone a disposición de sus usuarios Flickr Uploadr: una herramienta de escritorio para subir o cargar fotos en bloques. Arrastra y coloca fotos o videos, o elige una carpeta completa. Incluso reordena la forma en que se visualizarán las fotos en la galería.
El interface de la herramienta es más que correcto, de un simple vistazo el usuario entiende los pasos que debe seguir para tener éxito en su objetivo de subir unas cuantas fotos. Cierto es que la primera vez, cuando el usuario aún no se ha identificado, hay un ligero escollo que superar que a continuación relato:
Paso 0: Con la primera pantalla, la atención del usuario se dedica en exclusiva al llamativo mensaje central: “Arrastra fotos y vídeos aquí para comenzar”. Las instrucciones, por tanto, parecen claras.
Paso 1: Tras colocar las imágenes, el ojo del usuario busca en la columna derecha cumplir su objetivo: “Subir fotos”. En su lugar, se encuentra con un texto que no le apetece leer y un montón de opciones que no son seleccionables. Cierto es que, a estas alturas, el usuario ya ha podido percibir dos botones con el texto “Iniciar sesión” aunque, siendo disciplinado, está siguiendo las instrucciones de arrastrar las imágenes para comenzar y lo que quiere es “Subir las fotos”, no “Iniciar sesión”.
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Paso 2: Ante la incapacidad de continuar, y superada la desidia de leer el texto, el usuario procede a seleccionar las imágenes sin demasiadas instrucciones al respecto. Vamos a suponer que se trata de un usuario medio que domina aquello del Ctrl + click y las distintas alternativas de selección, aunque un checkbox junto a cada foto hubiese sido una buena solución.
Tras la selección, trata de completar el formulario, tal y como le indica el nuevo texto, sin tener del todo claro si todos los campos son obligatorios o simplemente vale con rellenar los que a él le interesan.
Tras la selección, trata de completar el formulario, tal y como le indica el nuevo texto, sin tener del todo claro si todos los campos son obligatorios o simplemente vale con rellenar los que a él le interesan.
Una vez cumplimentado el formulario retoma su vieja intención de “Subir fotos” y, una vez más, fracasa en el intento. La experiencia le dice que otras veces hubo unas instrucciones que le ayudaron, así que vuelve a escanear la aplicación en busca de otro texto salvador encontrando un “Inicia sesión para ver tus álbumes”.
El grado de frustración va en aumento y decide optar por la única alternativa que le queda aunque ésta no se encuentre dentro de su proceso mental para subir una foto: “Iniciar sesión”. Finalmente, parece que la solución se encontraba en ese par de botones que estuvieron ahí desde el principio pero que nunca le animaron a utilizar.
Paso 3: Tras un pequeño PopUp, el usuario accede a una página Web con una cantidad importante de texto bien maquetado que se antoja imprescindible para evitar un posible Phishing.
Paso 4: de regreso a la aplicación, se muestra una pantalla con 2 ideas: “si ya has dado tu permiso, continúa” y “si tu explorador no te ha mostrado nada, visita la dirección que te facilitamos”.
Paso 5: La aplicación por fin muestra los álbumes del usuario y, sobre todo, el deseado “Subir fotos”. Menos mal que la información que ya había rellenado en el formulario continúa estando presente tras el inicio de sesión.
Si desde el primer momento, en lugar de un “Arrastra fotos y vídeos aquí para comenzar”, el usuario hubiese visto un “Lo primero que tienes que hacer es identificarte para poder subir tus fotos” se habrían ahorrado muchos esfuerzos innecesarios y el grado de frustración del usuario se mantendría en niveles prácticamente mínimos.
El proceso, en general, es aceptable en algunos puntos y muy correcto en otros (dar permiso a la aplicación), pero queda sobradamente demostrado que un simple error de texto ha arruinado por completo la experiencia del usuario.
Mención aparte para el formulario. Aun suponiendo que se trata de un usuario habitual de Flickr que está familiarizado con sus términos: títulos, descripciones, etiquetas, amigos vs familiares, etc. hay 3 opciones que me resultan muy destacables:
1. “Nivel de seguridad: Segura, Moderada, Restringida”. La batería de cuestiones que se plantea el usuario podría ser:
El proceso, en general, es aceptable en algunos puntos y muy correcto en otros (dar permiso a la aplicación), pero queda sobradamente demostrado que un simple error de texto ha arruinado por completo la experiencia del usuario.
Mención aparte para el formulario. Aun suponiendo que se trata de un usuario habitual de Flickr que está familiarizado con sus términos: títulos, descripciones, etiquetas, amigos vs familiares, etc. hay 3 opciones que me resultan muy destacables:
1. “Nivel de seguridad: Segura, Moderada, Restringida”. La batería de cuestiones que se plantea el usuario podría ser:
a. ¿Esto qué significa?
b. ¿Cómo afecta esto si previamente he seleccionado que sólo yo puedo ver mis fotos?
c. ¿Qué significa seguridad restringida? Las seguridad es o no es, pero… ¿restringida?
d. En realidad tampoco entiendo que es seguridad moderada.
e. Bueno pues… selecciono segura por si acaso, que además es la opción predeterminada.
Ante el desconocimiento, el usuario acaba tomando una decisión sobre algo que no termina de comprender motivado por el miedo a la inseguridad. Ya lo decía Maslow… :-)
2. “Tipo de contenido"
a. Foto/Vídeo
b. Captura grabación de p…
c. Otros: arte, ilustración, i…
Como usuario de Flickr, después de más de 100 gigas de fotos subidas, aún no tengo claro para qué vale eso. De hecho es que siento muchísima curiosidad por saber qué es la p… y la i… Supongo que servirá para poder filtrar aunque lo desconozco.
3. “¿Deseas que no aparezcan en las áreas públicas del sitio?”. De entrada existe un error por plantear una pregunta en negativo, error que se convierte en catástrofe cuando el usuario lee las posibles respuestas:
d. No, que aparezca
e. Sí, que no aparezca
Como usuario de Flickr, después de más de 3.000 fotos, aún tengo que leerlo detenidamente cuando quiero subir una foto.
Se me ocurrió descargar la versión en inglés del Flickr Uploadr y pude observar la importancia de llamar a cada cosa por su nombre:
Hide from public site areas? / “¿Ocultar en las zonas públicas?”:
Hide from public site areas? / “¿Ocultar en las zonas públicas?”:
a. No, don’t hide. / No, no ocultar.
b. Yes, hide. / Sí, ocultar.
b. Yes, hide. / Sí, ocultar.
Espero que este análisis haya servido para demostrar cómo se puede no hacer pensar innecesariamente al usuario con:
- Un texto correcto: “Lo primero que tienes que hacer es identificarte para poder subir tus fotos”.
- Una traducción correcta: “¿Ocultar en las zonas públicas?” .
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